La familia es muy
importante para la persona dependiente y en general el vínculo afectivo que
mantiene con ella es más fuerte que la que mantiene con otros grupos social.
Por ello debemos de cuidar la relación entre la institución y la familia del
usuario dándole y orientándole en la información que precise. De igual forma la
familia resulta una fuente de información para la institución. El usuario va a
percibir y captar de forma positiva la coordinación entre familia e
institución.
La información básica y
más importante que se le va a transmitir a la familia del usuario es la
información sobre los protocolos de actuación, cuáles son los más adecuados y
frecuentes para su caso particular y en qué consisten. Esto hace partícipe a la familia de la
planificación de intervención con el residente, aumentando su sensación de control sobre la situación.
Igualmente hay que
comunicar a la familia informaciones sobre la adaptación del residente al
centro, estado de ánimo y de salud, progresos o evolución de su dependencia,
las relaciones con otros compañeros y otros datos relevantes.
Estas comunicaciones
deberemos realizarlas de forma clara, transmitiendo tranquilidad cuando las
noticias sean negativas y haciendo uso de expresiones no verbales que reafirmen
la actitud comunicativa. Deberemos demostrar apoyo emocional. Nunca dar una
información y marcharnos inmediatamente, sino esperar a sus respuestas y atender
a sus consultas.
Además la comunicación
con la familia cumple la función de asesoramiento favoreciendo la comunicación
de la persona dependiente con ellos mismos e intentando corregir actitudes
negativas que pudieran estar manteniendo.
A veces, la familia
decide mantener a los niños pequeños alejados de la situación, pensando que les
desagradaría, sin embargo la compañía infantil puede transmitir alegría y
disminuir la seriedad y tensiones, beneficiando tanto a la normalización de la
situación familiar, como al estado de ánimo del usuario. Así el personal del
centro se lo comunicará a la familia.
En el caso de que la
persona dependiente no mantenga relación con la familia, podemos acudir a
amigos, vecinos... los cuales pueden intervenir reforzando el apoyo psicosocial
hacia el usuario.
Existen una serie de
valores que deben guiar la práctica psicosociosanitaria dentro de la
institución, en el ámbito de las relaciones con los familiares, con el objetivo
de alcanzar una atención de calidad tanto para el usuario como para su grupo
familiar:
- Principio de
individualización: cada unidad familiar es
única y presenta necesidades propias, por lo que deberán ser atendidas de forma
personalizada y respetando su ritmo, así como sus particularidades socioculturales.
- Principio de orientación
a las necesidades: los profesionales
atenderán de forma rápida y efectiva a las demandas y expectativas surgidas
desde la unidad familiar, anticipándose a la aparición de nuevas necesidades y
evaluando la satisfacción lograda.
- Principio de referente
afectivo: la familia debe ser valorada como un
elemento afectivo clave para la persona dependiente.
- Principio de coordinación: el programa de apoyo establecido para la unidad familiar
debe estar en consonancia con el tratamiento individualizado del usuario.
- Principio de comunicación
continua: el centro establecerá los dispositivos
oportunos para informar y asesorar a la familia puntualmente de la atención que
se presta a su familiar, contando con su participación y colaboración y de
forma expresa escuchando y respetando sus opiniones.
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